Ante todo, disculpad el parón. Entre los exámenes y que, en vacaciones, no he estado en mi ciudad no he podido actualizar. ¡Pero ya he vuelto con las pilas cargadas!
Hoy os voy a hablar de un corrector que se ha hecho imprescindible para mí. Si en la primera entrada os hablaba de mi corrector favorito, esto ha cambiado y, aunque el Magic Concealer me sigue encantando, no se adapta a mis necesidades actuales. Casi nunca he tenido ojeras muy marcadas y, por tanto, dicho corrector me venía muy bien para cubrirlas e iluminar la mirada. No obstante, últimamente, tengo más ojeras...bueno, en realidad, lo definiría como oscuridad en la zona interna del ojo. Un día, me acerqué al stand de Bobbi Brown y me probaron su archiconocido sistema de corrección de ojeras.
Quedé impresionada con el resultado. Me cambió la cara por completo y, por supuesto, tuve que llevármelo a casa.
Como podeis observar, se trata de dos productos: un precorrector y el corrector en sí. El precorrector tiene un ligero subtono anaranjado y sirve para neutralizar el color de la ojera y sólo con este paso ya notamos el cambio. Después, aplicamos el corrector. Me encanta su textura...es cremoso, hidratante y para mí, que tengo el contorno bastante seco, me resulta muy confortable de llevar. Una vez aplicados los dos pasos, el cambio es espectacular...mirada descansada, relajada, es impresionante. El corrector trae unos polvos para matificar y fijarlo. Con mi contorno seco, al principio, he de reconocer que no me convencía la idea de aplicar polvos en esa zona, ya que pensaba que me iba a resecar aún más. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Son muy finos, no resecan en absoluto y tienen un efecto "rellenador" de las arruguitas que se nos puedan marcar. En definitiva...¡maravillosos!
También van muy bien para cubrir manchitas o imperfecciones. No obstante, tengo otro favorito dedicado a este menester y del que os hablaré en otro post.
¡Un saludo! Y espero que os haya servido de ayuda si estáis en busca y captura de un nuevo corrector de ojeras.
